lunes, 10 de abril de 2017

Cruz de marfil.-

Te rogué por una cruz, mi cruz. No te rogué porque te quedarás y recompongamos nuestra relación, te rogué por una cruz. No te escribí 5 mensajes seguido para decirte que te extraño, pero si por una cruz. No me interesa el vestido de novia ni los zapatos, te pedí mi cruz. Tiraste las botellas, quizá lo único que quería recordar de cada lugar que estuvimos, no dije nada, me sequé las lágrimas cuando lo leí pero nada más, te imploré por la cruz. Mamá me dijo que no te moleste, que es una cruz. No. Esa era nuestra cruz, era la cruz que elegí para que cuidara de casa, esa era mi cruz. También dijo que vos podrías creer que yo buscaba una conexión con vos, una especie de llamado de atención, me reí, me reí fuerte. Desde aquel siete no quise molestarte, porque eso sentí. Yo tú estorbo, entonces obedecí (según el psicólogo hago eso siempre) te hice caso, dijiste tantas cosas que los audios me aturden, pero hice caso como siempre. 
Acepté que no iba más, solo que ayer recordé mi cruz. La quería. La quiero, no me interesa la taza de Alicia, quiero mi cruz. ¿Por qué? ¿Qué implica? Me acuerdo cuando la vimos, era perfecta, la medida, los colores, la delicadeza. No dudamos, la elegimos. Como elegimos cada cosa que embalé y tantas cosas que rompí, a vos no te costó despedirte del lugar, no te costó ver a Sirius dormirse atrás de la puerta, no te jodió ni un poco la decisión, en realidad me temo que si, pero murió en tú silencio en tu incomunicación, como siempre. Yo cargué esa parte De la Cruz, porque todo lo económico es tu peso, siempre decidiste cargar con ello. Esa cruz la pudimos elegir. Quiza sea porque es Semana Santa y estoy entregando todo este 2017 en esa Cruz, o simplemente sea porque la cruz en mi implica más que en vos, y el temor que la tires o la regales me hizo desesperarme. Realmente estaba por perder algo que quería, y no dude en ser intensa, en ser insistente. -Me volví a dar cuenta- que no soy la típica ex que te va a romper las bolas para que la recuerdes, quizá si me convertí en la que "te metió el dedo en el orto" por realizar la última acción, pero no me arrepiento, vos hiciste más, o como alguien me dijo, hiciste "menos" por no decir que nunca hiciste nada. Cuatro horas después de mi insistencia, me respondiste que la guardarás mi cru, la cruz... Un simple gracias, un suspiro y mucha paz me envolvió. 
La cruz, una cruz que voy a tener presente siempre, es la cruz que cada día te recuerda que el amor salva, que Él está ahí por cada uno de nosotros. Sé que esta Semana Santa va a ser completamente distinta, como cada una. Sé que el domingo el almuerzo me será hasta raro, como cada finde semana, como cada rato que me disperso y encuentro tú ausencia, obvio me asusto, cada vez menos... Salvo cuando llegan los

Martes que están tan lejos de todo lo que quiero. No dejo de estar triste, no creo que lo deje hasta por lo menos que no firmé un papel, o al menos me quiero hacer creer eso. Hago postas, como cuando corría, hasta este mes te voy a odiar, hasta este intentaré no extrañarte y quizás para carnaval aprete el pomo.-