viernes, 2 de febrero de 2018

A veces siempre es dos.-

Vos empleaste esto de no llorar por las pérdidas, vos hiciste de las vacaciones un secreto. Vos me demostraste que cantar sin ritmo no nos limita, y que juntar monedas te salva. Sin embargo te salí llorona, día por medio siento ese nudo que no me deja respirar, pero claro, nunca lo desato.
Zaaaz y le cortó la cabeza”  
Lo que daría por escuchar esa versión una y mil veces más. Es un año sin helado, el primero quizás de tantos, un año dónde no estoy fuera sino que me quedé con ella, por fuerza mayor puede que sea, pero acá estoy bien. Hoy te resumí como es estar por acá -apesta- literal, no se si hubieses aguantado tanto más. Todavía espío la quiniela de vez en cuando, me aprendo un par de números más pero no los juego. Sospecho que el año que viene veré el río pasó bastante de la última vez, necesito un poco de eso, y también de la europea. Me sobran anécdotas para contarte, escucho la tv fuerte como lo hacías vos, sigo odiando a Weich, por suerte no hace más nada en la tele. Me reencontré con quién más quería y eso no tiene precio. Reniego de todo, me exaspera las personas que no entienden, sin embargo le pongo más onda de lo que puedo, tan sociable como vos, tan de repetir todo hasta el cansancio. 
No sabes lo que le estoy pifiando, lo único bueno es que hiervo  el agua para el té, después el resto a veces no creo que tenga solución. Te extraño, hoy porque es dos, ayer porque era antes del dos, los días de carnaval, cuando pasan noticias malas en la tele, de esas que no me dejabas ver. Te extraño cuando ceno con la abuela, te extraño cuando hay olor a frito, cuando se hace nata la leche, cuando alguien se va a la costa, cuando hay chocolate escondido en tú casa. 
Te extraño porque es natural que lo haga, porque no andas por acá, porque la abuela te recuerda seguido, porque todo cambio tan radicalmente. 
Te extraño como siempre, ni más ni menos.