lunes, 15 de agosto de 2016

Ni pensarlo.-


Me confundo con la gente, ya no soy -especial- soy una más, para vos por ende para mí. Me hacías sentir tan viva, tan distinta.

Estoy haciendo el mismo recorrido que hice hace meses, me subí al 155 y recordé todo junto, siento náuseas por todo, por el "no" nosotros, por las metidas de pata, por haberte cruzado.



Hace poco me volvieron a decir que hay personas que aparecen por algo, y eso siempre me va a llevar a pensarte-a-odiarme. Hubiera preferido tanto pero no te imaginas cuanto no conocerte. Pero no hay giratiempos, hay huecos negros de la cabeza donde vertimos todo lo que más podemos. Ahí estás vos.



Estoy segura que si te vuelvo a ver, me voy a girar y voy a no querer volver a verte más, voy desear con fuerza que la tierra me trague, pero no va a ser posible, no me quedará otra que cerrar los ojos, sacar el cartón, y acartonarme a vos. Te cuento que eso es lo más valiente que me sale pero también es lo más frío. 

Lo siento.-
[y sin embargo...]

jueves, 11 de agosto de 2016

-Sincericidio-


Sincericidio



El día está tan asqueroso, está ese sol que tanto amo y vos odias que te de en los ojos. Estoy a la orilla del río leyendo aquella novela aburrida que me regalaste, supongo que la última vez que intenté leerla me aburrió tanto como nuestra relación. Pasó tanto tiempo, pero ningún hombre me devuelve ni una pizca lo que vos me dabas. Podrían ser horas interminables de sexo por cualquier rincón de la casa, pero vos, vos cumplías mis caprichos a raja tabla, lograbas que cambie de humor, hasta me daban ganas de cocinar.
Ahora estoy acá, ¿ya dije que hace meses? Me mudé cerca del río, adopté un perro porque él decidió quedarse con la casa, Gaspar, nuestro gato, y todas las plantas. Me agrada acá, cuando digo que me agrada es bueno, me reconforta, me gusta haber elegido este lugar, tranquilo silencioso hasta humillante para todo el ruido que sale de mi cabeza. El sol brilla demasiado, insisto, una buena lluvia, un gran cielo gris no me molestaría ni un poco... Pero no de noche, a la noche me gusta que me abracen las estrellas, fumar junto a ellas me hacen sentir como si fuese más joven.
Por momentos me siento sola, haber llegado a los 37 sin un hijo me hace vulnerable como a cualquier mujer que lo haya deseado tanto como yo. Voy a un hogar para ayudar, eso me hace bien, me ayuda a poder seguir en días que parezco no estar tan cuerda. En realidad creo que me aislé por no estarlo, no soy una persona estable, ni social ni sentimentalmente hablando. Yo solo trato de hacer lo que me parece correcto para mi prójimo, no creo estar tan errada. Sigo luchando por un mundo mejor, con gente que tiene ganas de amar, sin prejuicios, sin negaciones.
Un día escribiré una novela, o al menos un cuento, contando cómo me destruí a mi misma, a ese ser tan egoísta y volví a armarme de valores y de confianza. Confianza en mi.

Elijo esta vida, así con el silencio que me tumba de noche, extrañando los besos secos en mi sillón rojo. Extraño las charlas interminables, tus preguntas infantiles, nuestros ratos solos, los mil mensajes por día, extraño sentir un extraño en mi cuerpo, sintiendo cada día como aquel primer encuentro.
Elijo no verte, evitar a toda costa volver a mirarte, tengo tanto miedo de que me encuentres, eliminé tu teléfono, nuestras fotos, las conversaciones y casi tu imagen. Guardo el tacto de tu nariz curva, de la barba creciendo, el poder rodearte por completo con mis brazos. Te extraño. Pero mi lugar me elige a mí también, no como vos.-