lunes, 18 de diciembre de 2017

Pedacito

Un pedacito de mi se fue con vos.
No estoy completa, creo que nunca lo estuve, quizás tú ausencia lo haya empeorado todo. 

Me cuidaron, no supe cuidarme. Me abrazó tanto cada noche que no creí volver a necesitarte... Cada tanto me agarran los espasmos de saber de vos, me refiero de verte en lo cotidiano, de saber que haces... de escucharte decir nada, de un joystick, de dormir tranquila.  Quizá porque se termina el año, quizá porque te fui dejando atrás. 

No solo me quedé sin ese pedacito sino que no me importó encontrarme con otros, pudo que en algún momento hubiese uno que iba a encajar, pero no era el momento, ni el espacio. De él hablo cuando digo que un abrazó cada noche me cubrió, no era un -EL- muy limpio, ni muy legal, pero era -EL-, el -EL- que yo elegía, que yo quería, con todas sus vueltas, con su nariz perfecta y la mirada más oscura. Él también se llevó un pedacito, quizás me dolió más de lo que pensaba y jamás nos podamos perdonar ni mucho menos dejar atrás.  Me fui desprendiendo de -EL-, o él lo hizo más a tiempo que yo. A  veces extraño el verano, extraño la adrenalina y mis celos constantes para que me eligiese. Extraño saber que se iba a quedar conmigo por mucho tiempo más. No se cuando dejé de comer vidrio, no se cuando los papeles se cambiaron y -EL- me pedía tiempo para estar a su lado. No se como pasó que nunca supimos esperarnos. No se como giré la página y dejé de sentir, me convertí en fría y no creyente.  Porque eso me siento ahora, una no -creyente- que busca diferentes religiones, pero ninguna la llena, ninguna parece verdadera, en realidad era aquella que me destituyó. 

A veces me agarra esto de no saber para donde salir corriendo, a veces no, y otras me encuentro entera como si hubiese cumplido con lo que me dijiste. Me destruiste, en realidad permití que lo hicieras, que lo hagas hasta aun hoy, cada día va a seguir siendo así hasta que deje de mirar ese pedacito que no está. Hasta que deje de abrazarme a mi misma, hasta que me permita de verdad creer que todo puede ser. 



[Extraño estar tranquila, descansar en vos, creer que nada puede salir mal. Extraño los mates cebados de a dos, extraño cosas que ni sabía que las podía extrañar. Pero lo mas hipócrita es que no siento amor, que no te extraño como pareja, como compañero... todavía no se que es, solo extraño los momentos]

«No estoy entera, me sigo rompiendo una y mil veces, me reinvento historias para que no duela tanto todo, te juro que lo intento... y también me canso. »


domingo, 29 de octubre de 2017

Payaso.-

La última vez que me empapé fue después de la decisión de él y que yo aceptara. Agarre a Sirius y salí a caminar. Me empapé tengo la imagen de llegar al depto y desplomarme en llanto, tengo la sensación de haber estado llorando hasta este día.
Tuve que esperar que vos aparecieras, que tengas un hueco, que me vengas a consolar. Me acuerdo ese abrazo, me acuerdo las incontables noches dónde en lugar de sexo te bancabas mis berrinches y mis malhumores. Estamos tan lejos de eso, elijo estar tan lejos que me da miedo. Hoy me empapé, de esa misma manera, hacia menos grados de los que habitaban por la primer quincena de enero, pero era esa misma intensidad, esa lluvia que golpeaba la espalda. Tuve que sortear un malhumor, un malhumor ajeno, al cual le daré el lugar y el espacio apropiado otro día.
Solo quiero rescatar... subrayar que ya no te elijo, que me obligo a no hacerlo. Todas las dudas que tenía, todos los miedos, todo lo que engloba -el nosotros- no lo escojo, no ahora, no en este tiempo.  Lo elegí durante meses, lo peleé, lo discutí y hasta lo supliqué. Hice todas las payasadas, los malabares y equilibrios para que me eilijas, hoy se dio vuelta el panqueque, hoy estoy del otro lado, siento que estoy viendo la película de otra persona y que nuevamente EL de arriba me esta jugando una mala pasada. 
Hago nudos para no nombrarte, se me escapa el pensamiento para quedarme estancada en una elección. Necesito más paciencia de la que creía para bancarme a mi misma.
La lluvia me empapó y sabía que no te iba a esperar para que me abrazaras para decirme que todo va a pasar, porque terminé de tragar el vidrio, terminé de romperme cuando ya estaba rota y sabes que es lo mas dificil, tú necesidad de haberme dicho, -que no sabías que yo te extrañaba de verdad-. Claramente nunca me escuchaste ni me leíste, ¿Por qué tengo que aceptar tus tiempos? ¿Por qué no nos corremos para cierto lado para dejar ser feliz al otro?
¿Por qué te extraño tanto? ¿ Por qué no puedo darme la oportunidad de lo que si quiero? 

Soltame, hacelo por mi. Hacé  eso por los dos. Yo desde acá te voy a extrañar, como siempre como hace meses.-

martes, 26 de septiembre de 2017

La tercera palabra

Desde que soy chica que esa obra me da vueltas la cabeza, a -La tercera palabra- me refiero. Ayer sentí como todo se desmoronó aquella vez. Como un circo seguía dando funciones y yo esperando que termine el show. No era necesario ir a buscar el ticketck, no era necesario que me hagas pasar por esto. 
La mujer barbuda me dio todo lo que necesité y más  también, la hora del te, los pijamas aquellos besos en la frente... sentirme una mas del clan. Ayer se cayó  parte de la carpa, aquellas rayas del lado superior derecho se desestabilizaron, derribé las estacas con miedo, pero me sentí mucho mejor. No sabía  como iba a ser después de tantos meses. La tercera palabra me salió tan brusca, con tanta bronca, con crueldad, con dolor. No hicimos contacto visual, la mujer barbuda lo intentaba pero yo no podía, no estaba lista, no quería. Me sigue doliendo el rechazo, no me siento culpable, creo que los tiempos que corren son otros, y la tercera palabra apareció porque era lo que realmente necesitaba. 
Quizas sea rencor, quizas un dolor inmenso o simplemente la desilusión de tanto amor por parte de ella. Todavía saboreo sus galletas, puedo recordar cuado me abrazaba la cabeza, o los mates lavados, caminatas interminables, silencios acompanados... 
Parte de circo derribe, parte de mi se queda ahí también.-

lunes, 11 de septiembre de 2017

p i e s

Se descubrió los pies humedecidos, en realidad no sabía bien que sensación era la que estaba sintiendo, pero sí sabía que por primera vez tenía sus pies sin aquella cola de escamas. Intentó moverse pero no pudo, decidió arrastrarse hasta la roca mas cercana, tenía sed y demasiado sueño. Le costó más de lo que imaginaba, nadar era mucho más cómodo y obviamente más conocido. No llegó a la roca, tuvo que dormir unas horas en la arena, y no le importó.-

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Caras y caretas

Podría de hablar del suceso del divorcio, pero vos tenes la magia de que eso quede en segundo plano. Apareciste para que te solucionara lo administrativo, me preguntaste por las deudas y quién pago cuál o qué cosa.
Eras las 23:39, cuando te conteste los tres audios, de 44, 33 y 16 segundos. -dale, abrazo- No me salió nada más, todo sumamente irritante por lo que me dijiste, siempre tan hiriente. No quería humo, no me lo bancaba y menos el humo del sábado, pero esta bien. YO te metí al frezzer, si supieras que cuando se quiere de verdad se busca la forma, te sorprenderías de saber quién de la nada se la jugó y casi nos infartamos todos.
Te cansó la situación, y por primera vez nos cansó a los dos. Quizás sea el momento, ya nos pasamos dos meses de esta gestación de ir y venir. No somos funcionales, por más que lo intentemos, el entorno, las historias, todo muy engorroso.
Me agarro al cansancio, lo intentamos o nos engañamos que lo hicimos. Quizás solos entendamos como es en realidad, que es lo que hubiese sido bueno y que es lo que no. 
Las cosas que queremos diferentes, mis inseguridades y tu constante control que se te escapa de las manos. Cambias de estado, la careta no te queda bien, no se cuando te percatas de ello, pero sos vos el que cambia de estado constante, por algo la máscara, por algo tanto teatro. Que difícil, pero no es imposible. Eso sí que no te moleste tanta lindura suelta.

-La despedida fue mutua, quizas así la hagamos real.-

domingo, 3 de septiembre de 2017

Hasta los treinta

La primer promesa y la más fuerte.
La primer promesa y la que quiero cumplir.
La primer promesa y la que no recordas.
La primer promesa y la que voy llevando a cabo.



-Era verano-
Hacia calor, ese calor que nos pegoteaba más. Esta vez ni tú cama ni la mía eran testigos de la promesa. Al margen de todo eso, tengo la imagen de caminar hasta la vuelta de casa y subirme a tú auto como si nada, como si fuese moneda corriente, como todo lo que se fue dando, desde los entretiempos de los partidos hasta finalizar el segundo tiempo como mis idas a quien sabe dónde por un rato. 

Hasta que cumpla treinta.
Teníamos vencimiento, queramos o no. Nos convenía no involucrarnos. No nos salió. Anoche con tú silencio me demostraste que todo sigue tan llano como hace meses atrás. Las excusas boludas, mi irritación rápida... Todo para percatarme que no merecía eso, ni vos a mi. (Sí un poco me la estoy creyendo, gracias)

Yo se dónde tengo gamas de estar, también se como y con quién.
Por eso recordé el vencimiento, por eso es mejor no consumir más el producto, nos puede caer mal.-

miércoles, 23 de agosto de 2017

Agosto sigue, no lo mataron

Quizá Dios planeó algo de esto también, mantenerme ocupada lo más que se pueda.

Acá estoy corriendo, viendo cual es la mejor manera de responder wasap sin sentirme atascada ni obligada. Agosto lo sobreviví por él, no tengo dudas. De repente dio un giro de 90 grados me abraza cada tanto y me sonríe en público. No le creo, como no le creo a nadie, pero lo sigo porque es la manera de salir, después de él vendrán más o no, pero al menos lo intenté.

Me percaté que me faltan los colores, que me aboqué a otras cosas y los colores se fueron engriseciendo, raro, porque no tenía ganas de que sea así. Lo noté justo yendo a comulgar después de nueve meses. Ese lugar me pareció inmenso, atrapante, hasta agobiante. No podía dejar de mirar el banco dónde sólo una vez mi ex estuvo ahí, tan distinto, tan intentándolo, tan censurado en su pensamiento hacia la iglesia.

Pasaron tres días, no siento que tenga la agilidad para escribir fluido o coherente, no tengo las ganas ni las ideas claras. Tengo las uñas demasiado largas me duelen los dedos, hoy me arranque dos, si bien me las podía arreglar no quise, como muchas cosas que tengo que hacer simplemente no las pretendo hacer.
Tengo el pelo alborotado, los ojos hinchados y todavía no pasó el finde, ni las fechas debidas ni su muerte. Estoy arrimando la cabeza a estar lo más -normal- que se pueda, estoy ahí en el límite de ser la ideal y la que en realidad está saliendo de sí misma. Tengo miedo, de todo esto, es como una gran maraña que no se termina de desenredar. 

viernes, 4 de agosto de 2017

Dormidos

Madrugada del cuatro
Nos quedamos dormidos. Estaba en momento exacto en donde todo parecía -ordenado- cuando una llamada interrumpió todo. Cortó el clima, pero no dejé ver tu cara de dormido, parecía enero. Hacía calor y ahí estabas tan claro como tus ojos. Que quilombo hicimos, como nos cruzamos, como nos elegimos y a la vez lastimamos. Tenes la virtud de hacer que todo desaparezca, y de hacerme enteender que todo dura eso, dos o cuatro horas. El encanto se cae cuando me bajo del transporte, tres besos un te quiero y que descanses.
Como nos conformamos con eso no lo cambiamos, no lo sacamos ni mucho menos lo evitamos. Me conociste entera, me viste romperme en mil pedazos... y estabas ahí no tan quieto para que no me desarme, ahora no se como dejarte ir. No se cual es la mejor manera para decirte que hasta acá podemos, porque no tiene sentido. Esto que no tiene sentido no me lo creo, pero somos distintos, estamos a pasos agigantados de lo correcto, lo bueno y lo deseado. 
Salvaste mi madrugada del cuatro, no salvas el cuatro entero. Quizás si salves mi cinco, casi no tengo dudas. Es así al día, de a poco, despacio.-

EI.

jueves, 3 de agosto de 2017

t r e s

Tres de agosto

 Tres, fuimos tres. 


No me preocupa pisar las vías del tren, pensar que antes la saltaba, las saltábamos. 
Hoy me dijeron cómo no me percaté lo diferentes que somos. Lo mismo digo ¿Cómo? Fácil, eligiendo, creyendo, amando. (3 minutos sin escribir) Amando, si lo reafirmo, no lo creo pero es cierto.
Cruzo las vías, las mismas que cruzaba cuando me iba a hacer tantas pruebas de vestido. Con corpiño, con taza, sola... Con mi abuela. Cada vez que pienso en eso se me hace un nudo en la panza, lloro. Me abuela, vos su nieto y todo el resto desaparece. Trago saliva, me alisto para seguir y decido que llorar me calma. No me salva, pero me calma. 

Las vías del tren, volvamos. 

Escucho como pasan en ellas, no las elijo. Son abruptas, rígidas y frías. No son infinitas, a algún sitio conducen, hacia algún espacio nos invitan, nos llevan... nos arriman, también nos arruinan.
Hubiera querido que el día se haga de goma, lo estiré lo más posible. Siempre estiré todo lo más que pude, entonces veo que acá estoy, allá estás. 
Ya no estamos.-

miércoles, 2 de agosto de 2017

¿Quién es ella?

Escribo de Clara, ¿Quién es ella? 
Clara es lo que quiero ser, o lo que imaginé que quería.
Clara está enojada porque extraña, tiene todavía -eso- atravesado, pero lo peor es que atravesó a alguien mas innecesariamente. Y ese alguien también la atravesó a ella. 
No atravieses a alguien atravesado. No prometas lo que no podes cumplir, no beses sino vas a poder besar siempre
Clara, hoy dos de agosto, se relame el perfume que él  le dejó en los labios, elige una y otra vez esto -la n a d a misma
Clara no es tonta, no es buena, es más viva de los que todos creen. No se deja pisar por nadie, sabe lo que le conviene. Clara es Clara, porque no es Oscura, todos sabemos que ´´Oscu´´ MURIÓ, él la mató.-

martes, 1 de agosto de 2017

Duda



Cuando dude te dejé correr. Con una marca en el cuello te alejé de acá, la marca era mayor, era nuestra diferencia de edad, la distancia en la clase de futuro y el querer cosas diferentes. 
Te prometo que lo intento que no es que no lo hago, de este lado del charco esta jodido. Olvidar parece moneda corriente pero no, eso era amar... ya no hay valores ni creencias sobre el amor. Ya nadie se la juega o si le juega miente, porque para jugarla de Diego hay que saber hacerla, no hay que meter la mano, no hay que huir ni acobardarse. 
No entendiste nada y yo tampoco. 
Primero de agosto, me acabas de declarar que es el peor agosto de tu vida, créeme que el mío también. No sé si girarlo o mirarlo patas para arriba, de cualquier manera es un asco, apesta y me aprieta. Si me aprieta, acá justo en la tráquea, no me deja hablar y menos respirar, me recuerda todo el tiempo donde estoy ubicada y que estoy -sola- No le tengo miedo a la palabra pero dale, después de  meses, después de reír tanto en verano, de llorar mucho menos en otoño ahora la nada misma. No vamos ni venimos, estamos acá en el mismo ring, espalda contra espalda, mirando para lados distintos. ¿No vivimos eso ya antes? Te saco en cara los segundos de tal audio, las titubeadas y las pavadas que me hacen dudar. Te comento que no como vidrio, en realidad no termino de tragar el que estaba deglutiendo. El que vos me viste disolverlo en agua o en mate. Extraño ver el sol como lo veía antes, extraño más cosas de las que te digo, aunque ya no te cuento. Estamos lejos y estamos atentos a eso. Quizás porque es a g o s t o que estoy cubierta de hielo, quizas era que esta vez la iba a llevar sola pero sola de verdad no con vos. El otro día dije que fuiste el colchón, me amortiguaste el golpe que me cuesta soltar la idea que seas lo que sos, igual lo intento. 
Estamos enojados, somos hirientes cuando queremos, somos zorros viejos que perdemos el pelo pero no las mañas. Pero venimos cansados, venimos bancando el berrinche, el silencio del otro. De esta no creo que salgamos bien parados, no me molesta. Tanto sol hace mal, hay que invernar a veces. Las despedidas no son lo nuestro, sabemos que hay cosas que no las podemos despegar de la mente, del corazón o peor de la piel. 
Me voy a cerrar en mi misma, en ese caparazón que espero que no rompas, que espero que no me duela tanto como NO tengo planeado.

A G O S T O

A agosto le tengo miedo, se debe parecer a él. Se que es el mes donde todo cierra, donde la caca misma sale a la superficie.  Estoy concentrada en que nada puede empeorar mas, segura que todo lo peor ya pasó. Vos explotando de gordura, yo intentado agarrar la poca cordura. Cruzo los dedos de no cruzarte, no rezo, ya no lo hago hasta lograste eso, invento cuentos y los elevo al cielo. Me das nauseas, mas de las de antes, la reacción será esa vomitarte, envolverte del asco que tengo dentro. 
No fui perfecta, ¿Por qué ahora tengo que serlo? 

Me prometí detenerme y escribir cada día todo lo que me surja, aunque no tenga tiempo, aunque me encuentre   entre sábanas que no conozca.  

{Descubrí algo, desde que te fuiste me abrazo muy fuerte, me lastimo las costillas, por dentro por fuera}

miércoles, 26 de julio de 2017

Asco

Te re cagaría a trompadas si pudiese, iría a las dos calles de aquel bar verde y esperaría que pases, te pondría la traba y te patearía, hasta que sangres, hasta que te duela como me duele a mí. Las calles son angostas te podes tropezar quién sabe tanto balcón alguno se te puede derrumbar, tan poca gente entre las cortadas. 
Te desearía lo peor, juntaría todas mis NO raíces de odio que tengo y te las plantaría en tu balcón de mierda. Pintaría todas las paredes para que sepan la mierda que sos, que siempre fuiste, que yo no lo vi. Nueve años. Debe ser que viene agosto, debe ser que es guardé mucho todos estos meses, debe ser que tanta cloaca dentro que me va pudriendo a mi, voy vomitando tú mierda de a poco, en cuotas. Es que  no entiendo tu giro, en realidad si, no querías crecer o al menos no conmigo. Mi proyecto no era el tuyo, ni siquiera intentaste hablarlo, callaste como siempre huiste como nunca lo pensé. Volví a enero, volví a tener esa sensación que todo recomienza de nuevo, no sé si es por mi, por tú ausencia o la de Dios. Supongo que es haber apagado mis sueños, sentirme de este lado de la vía y vos tan allá, tan distante. Tuve la mala idea de escribirte sin saber durante tanto tiempo, creo que eso es lo que me da asco, haberme dado cuenta que te reíste un largo rato. No me puedo armar, porque ni soy la sombra de ayer, ni la de hoy. Estoy cansada y te detesto cada día más, y eso es lo peor, yo no sabía lo que era sentir así. Otra cosa más que me enseñaste.- 

miércoles, 5 de julio de 2017

grieta

Me duele ahí, sí, justo ahí. 
Clara no habla, no puede no le sale. Clara no piensa salir de dónde está metida, no sabe porque razón no puede serles sincera. Clara no se esperaba el silencio, no se esperaba la ausencia. Clara descubre un mundo que ella tenía negado, mete la pata, regala el número y a veces a veces suele sentir, pero huye. Clara nuevamente va a huir, no quiere atarse a ningún árbol, no quiere dar explicaciones ni demorarse más de la cuenta. Clara se inventa que todo está bien, se centra en el instituto, carga la mochila lo más que puede y sonríe, la caretea. 
Cuando piensa que todo está normal algo la desconcierta, sí algo la saca de su eje se desespera, no deja que la abracen de verdad, se pone en modo artificial. 
Hoy eran las cuatro y veintisiete de la mañana cuando quiso ponerse a estudiar no estaba en su lugar, y pensó que aún ella no lo tiene, que no sabe cuál debería ser. Esta rota, sigue rota, pero porque  no perdona, no cree, solo sigue con escombros y de malos modos. Anoche soñó en el lugar menos pensado, quizas porque se le aflojo un poco la concentración el inconsciente la atacó. Todo estaba ahí con la campera que ella le eligió, con el pelo enorme hablando como si fueran extraños pero con la naturalidad de ser conocidos. La ironía que la caracteriza a ella salió a flote, con una enorme sonrisa le dijo todo lo que sabía. Hizo lo correcto, le dolía la mano, no tanto como su costado. Estaba helando afuera estaba oscuro y la escena cambiaba, la madre de él estaba ahí, Clara no quería ser vista así que decidió esconderse por aquel gran edificio. Había columnas muy poco iluminadas, la mujer baldeaba, Clara recorría el lugar subía por ascensores no conocidos y descendía por otras escaleras. 

Será que Clara ve todo desde lejos, será que no  puede no saber que pasa, quisiera preguntarle muchas veces a ella que es lo que en realidad siente, pero creo que se terminaría de romper. A veces no quiere seguir, lo nota en sus respuestas, en sus ocupaciones desmedidas, en las mentiras de -todo bien- tiene miedo, pero miedo por ser cobarde, por seguir teniendo que explicar. Llevaba casi diez años dando explicaciones porque ahora tiene que dejar de hacerlo. ¿Porque no pide explicaciones ella? Quizá ella ya no sea ella, quizá todo se vuelva menos confuso luego. Quizá mejor «luego» puede no existir.-

domingo, 25 de junio de 2017

Ni tú nombre

Los no -amores- son los que no te vas a olvidar más, esos que no fueron, aquellos que duraron esquinas interminables de chapes, sentados en el quiosquito o en el baño del bar de siempre. Esos amores que se estrangulan porque no llegan a ser, esos que te dan un cosquilleo profundo e inevitable. Esos amores que son solo roces de manos, de un "te agarro y no." 
El amor debería morir ahí en esos instantes dónde uno puede sentir lo necesario, no sufrir ni amar de mas. («Se como es amar de más»)
Congelaría cada uno de los intantes, se me cruzan nombres de personas, lugares y días de la semana, debería de haber una cultura de vivir así sin tener que pensar si conviene o no seguir con tal o cual situación. El -no amor- se debería llevar como bandera, pensar menos, vivir mas. 




Soy experta en fabular. Esta vez no.  Pasó. Su mano la mía, la mía la suya, un extraño. No puedo contar mas nada, porque es solo eso por hora y media. Un espectador, un oyente que solo sabía las canciones básicas, las que frecuentan y queman en la radio. Uno del montón que sobresalió entre la multitud, uno que acompañó a su amigo  barbudo de remera manga larga roja. Uno que dudaba y me hizo pensar mil veces en mi posición. Él con su anillo en la mano izquierda y yo muy -JUGANDO- con la otra. 
Ellos en el escenario, yo deseando besarlo y él en la duda misma consultando al amigo. Todo queda congelado ahí, en su remera gris con rayas finas y blancas, o quizá era celeste, con su cadenita y un jean, con una sonrisa enorme y unos ojos hermosos. 

Las historias que no son, las historias que nos quedan ahí en la punta de la lengua son las que nos marcan, son las que nos definen. 

Otra historia, con los mismos en  el escenario.-


jueves, 22 de junio de 2017

Días.-

Te sentís así cada día, a la intemperie. Como si los días pasasen pidiendo permiso, pensando si son capaces de atravesar los meses. Lo son. Son hábiles y escurridizos, son perspicaces y hasta a veces atentos. Me suelen martilizar, me endulzan y hasta me llegan a besar, también están los otros dónde quisiera que no vengan más días, dónde tengo gusto amargo y sabor a estómago. A esos días los quisiera pisar, los quisiera humillar tanto como lo hicieron conmigo. Me pregunto ¿Para qué? No sale nada bueno de esa pregunta, no puedo ver nada claro o en realidad vi todo de golpe y eso me nubló. 
Los días me angustian como a todos en ciertos momentos, los días me estrujen y caen gotas de agua y sangre, los días me ponen linda, hasta suelen dejarme en mi mejor momento, pero después gira la moneda y ves la risa de cartón, vez como había un circo de hipócritas dónde el domador de fieras era lo más vil que pudiste pensar. Nunca me gustaron los circos, me parecieron demasiado caretas forzando las risas y los trucos. Tampoco me atraen lo que son parte de él y miran el -espectáculo- me anestesian, me repugnan hasta me duermen. Los días de circo no los quiero más, porque no los elijo, prefiero quizás (me animo a decir) los días grises dónde yo misma quiera o no ponerle color, los días de abrazos, de caricias sinceras y de risas contagiosas. Opto por los días leales, los días dramáticos también, esos dónde no me dan los audios para inventar historias. 
Elijo que los días sigan pasando pero no sin darme cuenta como paso el verano, quiero sentirlos, darles aunque sea una razón... Una buena razón. Los días con sabor a malbec, los días con olor a salsa recién hecha, los días con las ventanas abiertas para que entre el sol. Los días largos y cortos, los días dónde corro y no me escondo, los días que no planeo y también los que armó a raja tabla... Esos días es dónde quiero estar viva, dónde quiero pedir que me hagan masajes o me acaricien el pelo. No quiero más días con sabor a sugus viejos o pegajosos, no quiero más días con el café frío, no quiero más la desgana y el -no plan- no quiero esos días, no los elijo, no los entierro porque respiran, porque me recuerdan que existen y que no los escojo. 

Me siento así, desnuda a la intemperie. Haciendo zigzag en el filo de mi cielo, me siento fría y libre, siento que tengo el sur en la izquierda y el norte en la derecha. Siento que estoy llena de días y tengo la -suerte- de elegir. No me quiero vestir, no ahora. No quiero que me vista nadie con sus embrollos o estúpidos hobbies, no quiero música nueva ni tragos extraños, no quiero pastillas para olvidar ni sahumerios que probar. Quiero elegir yo que ponerme, o sino andar así desnuda. Sentir que el frío me cale los huesos. Simplemente eso es lo que elijo, sentir... Sentir cada día.-

jueves, 15 de junio de 2017

BIN

Un hilo de luz salía de lo lejos del bosque. El monstruo sorprendido agarró la mochila más a mano metió un par de cosas y comenzó a caminar. El viento movía las araucarias, cada tanto se escuchaba caer alguna rama a lo lejos, la luna brillaba en lo alto, bien llena, bien redonda que iluminaba el espacio. La sombra del -temible- monstruo era más enorme de lo que realidad era el pequeño Bin.

Bin se fue alejando de su aldea, sin miedo alguno dejó el lugar que lo reconfortaba, su lugar conocido donde no tenía miedos y se sentía a salvo.  Necesitaba saber que era aquella luz, que pasaba allí. Siguió caminando, vaciló cada tanto… ¿Era correcto ir hasta allá? No le había avisado a sus hermanos, para él la aventura que acababa de emprender era la decisión correcta.
Sin darse cuenta el sendero se hacía angosto y la mochila pesaba cada vez más, el cansancio no ayudaba así que decidió parar y sacar un par de elementos innecesarios del bolso, sacó el agua, una caja de luciérnagas, dos latas de hormigas y una soga de serpiente. La luz se acercaba cada vez más aunque estaba también cada vez más alta. Se sentó a descansar, sintió sed pero no había río alguno, tenía frío pero no había agarrado abrigo, decidió seguir para no perder el ritmo, total la curiosidad siempre estaba.

Cansado y agotado sintió unos pasos detrás de él, sintió miedo pero ya había tomado la decisión de continuar, de averiguar. A él no le gustaba dar el giro, no le gustaba sentirse equivocado. Cada tanto volteaba y relojeaba hacia todas las direcciones posibles. En un momento el viento cesó, Bin se abrazó fuerte así mismo como lo hacía cuando temía pero no detuvo la marcha. Supuso que era algún animal, eso lo fortaleció. La luz cada vez se hacía más grande, su sombra ya era doble. De repente se detuvo, caminó despacio, pisaba con miedo. La oscuridad delante de él lo envolvía. Un pie, luego el otro, izquierdo, derecho, izquierdo derecho… Sentía cada piedrita en sus pies, sentía las hojas de las araucarias caídas, el pasto entre sus finos dedos, porque los tenía por más que fuese un monstruo.

Hasta que no sintió más nada, se cayó. Era una caída interminable, veía la luna cada vez más chiquita, la luz se perdía… Ahí dónde él creía que había algo ya no estaba. Cayó. Estaba oscuro, le dolía el cuerpo, la sangre azul le brotaba de todos lados, eligió cerrar los ojos e imaginar la luna, abrazar la enorme luna llena que sabía que estaba en algún lado. Recordó las risas de los momentos felices en la aldea, saboreó el gusto del guiso de caracoles que comía cada treinta y nueve del mes. Él simplemente quería saber quién o qué estaba allá. Él quería seguir, pero no tuvo las fuerzas, no podía, no pudo… No puede.-

domingo, 11 de junio de 2017

Te entierro y te resucito.

Te entierro y te resucito.

Van tres fin de semanas que te mato en mi, van tres fin de semanas que decidí mirar todo desde el otro lado. Me puse en viuda, en llorarte, en no hablarte. Me siento muy chiquita y no estás para cuidarme, lo raro es que no quiero que nadie mas lo hago. Creo que ahí está esa respuesta a aquel mail que te envié, cuando dijiste que era hora que -aprenda del mundo y crezca- 
Vuelvo a decir que desde éste lado está todo muy gris, está todo con ese estúpido color naranja lleno de pecas. Todo me habla de vos, hasta los flacos de tinder, es patético y soy patética. 
Supergirl se esfumó, me la comí y subí seis kilos, uno por cada mes. Kilos que no pienso vomitar, los pienso digerir uno a uno, como todo esto.-

domingo, 4 de junio de 2017


Marzo 17

Me acordé porque dolió.

La casa está fría, hay un eco inmenso por causa de tanto vacío. Hay cajas por acá y más allá. Te tropezás cada vez que venis, pero no te quejas. Ves todo un quilombo pero no te molesta. ¿Cómo te va a molestar si es mi casa? Sólo estás de paso, no quiero hacer más planes de los que ya tengo en mente. No quiero que seas mi salvavidas, te usaré como mi tabla de telgopor hasta que resista, resista sin vos(no se cuánto me lleve)
Las cajas me molestan, me hacen sentir que me estoy yendo, sí me estoy yendo. Ya lo sé. El eco que resuena acá me hace sentir mas acompañada. Es como si estuvieras, no te quiero decir que sos un eco pero sos el mismo silencio. Lo último que guardé son las fotos y las tazas. Las tazas de cada lugar, de cada recuerdo, son como reliquias de cada capricho. Miento, lo último que guardé era todo lo que te iba a dejar, me arrepentí de mi bondad... 

Sirius está orinando en cada rincón, si bien ya no espera atrás de la puerta cada vez que escucha el ascensor está dejando su huella para los próximos inquilinos. No llora, creo que dejó de llorar cuando yo dejé de hacerlo. Mittens está igual que siempre, todo le importa un carajo, como a vos imagino. 

El silencio hace que no quiera llorar, Silvia me escribe y me pregunta si necesito algo, por eso me encierro en el baño para que me deje en paz. Aunque quisiera entrar en su casa y llorar con ella, con alguien. Llevo cuarenta y siete días de hacer lo que no debo hacer, pero sin embargo otra cosa no me sale, es la única manera de sentirme viva, es la única manera que siento que estoy rescatando un poco de lo que soy. Faltan días para salir de acá no se si es la decisión correcta, no se sí esta bien o no hacerlo en silencio, me escudo pensando que todo el silencio que ahora tengo me lo diste vos a lo largo de estos nueve años. (Marzo '17)



-Lo leo y lo releo, pasaron demasiadas semanas, es como si te hablara, como si te contara que desde acá el silencio me esta consumiendo. No  pude molestarte a tiempo, no supe retenerte,  no quise, ni quiero. El jueves tenía las manos heladas, y me crucé de brazos y las puse justo como yo te las ponía cuando caminábamos, comencé a llorar en pleno Mataderos, hacía demasiado frío para hacerlo eso me convenció que no era ni el lugar ni el momento. No se como es el invierno sin caricias, no se como es estar encerrada en casa viendo una serie sin poder molestarte. Aprendí a dormir sola, o al menos no extraño tanto que estés en ese momento a mi lado, supongo que es un gran paso. El más grande.
 En tres meses cumplo años, no quiero pensarlo. Me están rodeando las festividades, puedo nombrarte más veces, usar mi humor negro delante de personas que no corresponde, pensar en voz alta, ir a lugares  que lastiman pero no les huyo... excepto cuando veo gitanos, ahí te necesito... Ahí recuerdo que me dejaste sola, que no me elegiste, intentó no cuestionarme de más pero es imposible.-

domingo, 28 de mayo de 2017

No bastó

Siempre te sujeté doble, ni eso bastó. Hoy fue un día de recordar aquel vestido, todo el corto recorrido de todo lo planeado. Un día más de sentir ausencias, un día mas que me costó sonreír naturalmente. Muy domingo, no lo había sentido así en estos cinco meses, casi seis.


Recuerdo cada prueba, recuerdo de ir feliz a probarlo. Recuerdo los consejos de Hugo, elegir la tela junto a mi abuela. Cumplir un sueño. No puedo hablar de esto, no puedo siquiera hilar lo que me causa recordar aquel día. Me puse a buscar una foto del vestido, que aún lo tenes vos... o tú madre. Puedo recordar al tacto todos los detalles, sentir su pesadez. Puedo pensar en aquel día muy pocas veces, pero cuando uno se pone débil, cuando empieza a picar la garganta y recordás la última vez que te enfermaste empezás a notar su ausencia. No es que no lo haga cada día, pero hay algunos que son peores que otros. 
La diferencia que vos no estes es que hablo sola mas de lo habitual, o peor hablo con demasiadas personas y tan solo quiero a una. No se como la estas pasando, no se si se te hizo más fácil porque te sacaste un peso de encima o cada tanto te arrepentis. Hoy tengo un ataque de querer escribirte, pero me até la paciencia y también me prometí llorar y hacer público que la paso como el culo. Que mi cara de ayer fue un premio a la semana de mierda que te llevo sepultando. El otro día pensé eso, si estarías muerto sería más fácil llorarte en público, ir sanando... pero así tan cerca y tan lejos. 
En Mataderos está tan lleno de gitanos, así que aprendí a agarrarme las manos fuerte a mi misma, aprendía a no mirarlos con miedo, quizá sino con sospecha. Aprendí a prestar atención al cruzar la calle, a no ponerle tanta mostaza a la comida, aprendí a bañarme de noche para no salir con la cabeza mojada. Aprendí a guardar al menos mil pesos por mes, doblo la ropa cada vez que puedo, juro que que intento ser menos desordenada. 
No puedo dejar de ser social, no podría en la vida. Mirame... es mi primer fin de semana en casa y solo se me ocurrieron maneras de dormir y ninguna me salió. No se a dónde va todo esto, pero al menos no lo guardo.

No bastó sujetarte el doble, ni abrazarte cada noche, no bastó preparte la comida, ni tus eternos silencios. Me duele el domingo, me duele tanto como cualquier día de la semana. Te extraño.- 

viernes, 26 de mayo de 2017

La boluda





-No maquinemos las fechas, tampoco las escupipdas, toda historia tiene su verdad, menos la de él.-


Nuestro besos son las extensiones de lo que somos, así como también de lo que comemos. Son esos abrazos eternos dónde nos quisiéramos quedar. Son los naufragios más salados y también más bochornosos. Son los escondites favoritos y son los recuerdos imborrables.


Eso nos paso, esa extensión de un diecinueve. Lo sentiste tanto como yo, es la piel misma de la inercia. Somos lo que queremos ser, lo que nos construimos día a día, lo que fuimos
nos va a humillar y nos va a enorgullecer a la vez. 

[LLEVO DOS SEMANAS CON ESTAS PALABRAS SUELTAS]

Hace tres domingos atras, rebotaba de la felicidad bajo la lluvia eterna del barrio, había encontrado la manera de sacarte de encima si sentirme culpable sin sentir -amor-. ERROR... de eso se trata. El error de saber que todo es un círculo y que EL de arriba se hace un festín moviédonos por senderos para encontrarnos. La casualidades no existen, me dijiste que mi Dios planea algo para nosotros, te respondí que ni sabes lo que decis, pero sin embargo, un escalofrío me recorre cada mediodía. 

Escupo esto, porque extraño mi miedo a que vuelvas  con ella, porque es lógico y aburrido que lo hagas. El miedo lo perdí, porque tengo la certeza de que así será, pero como soy muy -minita- serás mi justificación para que esté sola al menos hasta terminar el invierno, o eso me invento.   

Quiero rectificar que sos mi extensión a la separación con mi ex. Sos lo que voy a dejar atrás cuando tenga las agallas para hacerlo, voy a cobrarte las cuotas de lo que te presté cuando tenga ganas tan solo por aquel miércoles cuando te eché y volviste a la cucha cual perro para comer (lease cojer) como supuse lastimosamente que lo harías. Creo, como te dije que los dos son iguales, son patéticos,  dos cabezas de tacho, dos destinados a aburrirse de lo mismo, tanto te quejabas pero todos necesitamos alimentarnos, todos sabemos bien donde encontrar lo que buscamos. Como yo, se como tenerte y retenerte. Ayer te dije que no quería verte, lo hice. Cuarenta y siete minutos entre comprar, pagar, comer algo y que me dejes en la avenida. Te dije que no, sin embargo quería que le ganes, quería que le demuestres a quien fuera que vos podes conseguir las cosas por sí solo, obvio fui una boluda al acceder. Fui una boluda desde ese diecinueve, pero no me pesa el cartel, no me pesa que los que sepan piensen que la estoy pasando mal, porque los dos estamos aceptando esto, los dos estamos simulando hasta que ya no podamos, vos comiendo los martes yo saltando de bar en bar cual canguro. Elijo esto, porque es fácil no dar explicaciones así como también hacer escenas y llorar sin sentido, porque aunque no lo sepas, sos el único que me ayudó a llorar y eso te lo voy a agradecer siempre. 


La boluda soy yo, no me pesa, lo elijo.-



(Lo peor es que quería hablar de tus besos, de a poco TE voy obviando) 

domingo, 21 de mayo de 2017

A

Tengo veintisiete años, en tres meses llego a los veintiocho [no quiero]. Mido 1,61mts o eso creo, peso casi 62kgr. Muero por ser madre pero hoy te diría que hubiese enloquecido en mi presente. Tengo el pelo de dos colores, tengo más libros de los que pudiese leer. Estoy separada, no divorciada. No porque lo haya decidido, sino porque él tuvo el coraje de hacerlo. No lo extraño tanto como me extraño a mi misma estando con él. No quiero vivir más, eso ya lo decidí pero soy débil para actuar.

-De acá para atrás, desde el final al principio... sin atajos.-


{Decido empezar a atar cabos, a dar giros inesperados para poder ser fuerte y por alguna vez hacer lo que quiero, no todo será real, no voy a aceptar críticas ni mambos ajenos}



jueves, 18 de mayo de 2017

Clara

Todo estaba como quería pero era irreal porque no llovía. Llevé a Clara al jardín, le expliqué que es importante que vaya, me miró con sus grandes ojos marrones y me dijo que ella no necesitaba rodearse de niños gritones. La abracé y le advertí que a veces no nos queda otra que aceptar nuestro alrededor, se cruzó de brazos y dijo "Está bien". Cruzamos la plaza contando los árboles como cada mañana. Saludamos al guardaparques y al barrendero. Estábamos tan cerca de llegar cuando todo pasó.

 
No puedo contarte lo que te extraño, no puedo numerar las horas que estoy sin dormir pensando cuando te vuelva a ver. En esta habitación no entra el sol, o no lo veo, quizá porque no estás. No recuerdo como llegué acá, solo puedo pensar en tus manos calentitas aquella mañana, puedo sentir aún tu risa. Ya no estás, no vas a volver yo no puedo hacer nada más de lo que ya intenté. 
Encerrada en este cuarto no tengo manera de verte, no tengo manera de cantarte solo puedo repetir aquel cuento una y otra vez:


Había una vez un gigante, solo y gruñón. Vivía del otro lado del bosque, junto a unos pinos de un verde más oscuro. Para llegar a él había que atravesar dos colinas, unos treinta y ocho pinos y cruzaar dos arroyitos, no era imposible pero era mejor no hacerlo. Abundaban las historias del gigante, los pueblerinos inventaban relatos mortales hasta disparatados. [Pero vos mi querida Clara, vos lo querías desde el principio del cuento. Le decías el gigante bufón sin saber el final.]  
Una niña curiosa de tan solo cinco años decidió que debía conocer a aquel gruñón y sin decir nada armó una mochila, con muchas frutas, algunos panes y agua. Caminó bastante, se sentó cuando estuvo cansada, nunca tuvo miedo. 
Cuando bajó el sol sintió unos ruidos, buscó a su alrededor y no vió nada. Un perro salió dando brincos por el pastizal, se le acercó y no dejó de lamerle el rostro. La niña rió por un largo rato. [Como tú risa cuando jugábamos sobre la cama a las cosquillas cada vez que una palabra no te salía, te extraño Clara.] Escuchó grandes pasos, ramas corriéndose y un silbido familiar, ahí estaba él, cubierto de tierra, con un conejo colgando de su hombro. El gigante, el gran gigante gruñón del que todos hablaban. La miro extrañado, la rodeo y observó para todos lados. Le tendió una mano, la niña la sujetó, y sin miedo le preguntó si él era el gigante del que todos hablaban. Con voz grave y clara él dijo: -Sólo soy muy alto, y tengo una voz gruesa, nadie me conoce- La niña lo abrazó, el gigante no tuvo reacción, nunca antes alguien lo había abrazado. -¿Con quién estás?- Preguntó el gigante,  la niña le explicó que quería conocerlo. El gigante decidió que era mejor llevar a su casa, así se encaminaron en el regreso. [Me encantaría que el gigante te traiga de nuevo, que te indique el camino y estés junto a mi]. 
Estaba anocheciendo cuando se acercaron al pueblo. A lo lejos se veían varias luces desparramadas por la zona, si bien el gigante tenía miedo decidió que era momento de seguir, de avanzar y poder ayudar a la pequeña. A penas fueron vistos, los pueblerinos quisieron atarcarlo, pero la niña se puso delante de él abrazando una de sus piernas con fuerza. Su madre corrió a alzarla, y entre llantos le agradeció al gigante, éste sonrió y se presentó, soy Bufón, vivo del otro lado del bosque. Todos bajaron las antorchas y armaron un medio círculo dándole la bienvenida.


Lo repito cada día, en cada momento, pregunto por el gigante quizás estés con él querida hija, al menos se que te cuidará.

lunes, 15 de mayo de 2017

De golpe

No dudaba de mi capacidad para soportar los cambios, pero creo que fueron muchos y de ante mano. Quiero destacar que sola esto no se logra, también, que todo pasa para algo. 

-Cuando la casa está sumamente vacía se escuchan pase una a una las hojas de los libros, se siente el olor a pan recién horneado y la brisa entrando por la rendija de la puerta. Se escucha todo lamentablemente porque no estás. No tuve tiempo de despedirme todo fue muy de pronto. Una mala maniobra te saco de mi vida. Estoy sentada acá viendo tu tumba, estoy sentada acá llorando por no haber tenido esa despedida. Recuerdo el "Sí quiero", recuerdo tú proposición en el jardín, las vacaciones en Madrid y recuerdo las veces que sonó el teléfono hasta que atendí. 
No sé dónde estás, confió que acá junto a mi lado, no sé dónde seguirás y mucho menos sé dónde lo haré yo. 
Te extraño, como hace meses, como hace ya un año.- 

martes, 2 de mayo de 2017

Anteojos

Uso lentes y cuando llueve me cuesta ver pero no me los saco -sigo.-
Me crucé con vos, lo dos no veíamos entre que estábamos apurados por subirnos al dos y ambos con la vista nublada... cada uno desde su esquina nos tropezamos, hasta enredamos los auriculares, nos reímos y disimulamos. Te quedaste sin sube y te presté la mía, me quisiste dar veinte pesos y no los acepté, te reíste y dijiste que "todo esto es una vergüenza" yo te dije, "vergüenza es robar..." y juntos terminamos la frase. 
Nos reímos. Fue suficiente, yo con un uniforme, borcegos inclusive y vos con tu vestimenta de nene bien. Me preguntaste de que laburo, muy difícil de explicar no es... pero justo ahí me enrede sola, y dijiste "trabajas para sonreír", afirmé lo obvio, lo que se estaba sintiendo. No paramos de hablar un segundo, desde lo difícil que era laburar en la calle hasta los mates amargos con café, hablamos de los precios y que es difícil decir lo que uno siente. Hablamos por cuarenta y cinco minutos sin saber nuestros nombres, hasta que la excusa perfecta de haber usado mi sube necesitó una cita, un encuentro, una alineación de los planetas. 
Con los anteojos cuasi secos, una humedad que nos rodeaba, yo con el pelo cual León, vos tiritando de frío me dijiste de salir, un día sin casualidades y seguir la charla. Acepté, no dudé ni dudaste. Te pasé mi número, [sí a un desconocido... hay tantas personas que no lo son y nos lastiman, porque dudar de él.] Me llamo R. me dijise, y mi número es... Le di la mano, le dije "un gusto" y nos reímos, bajo tres paradas antes que yo. 
De eso se trata de seguir.-




(Que fácil sería)

lunes, 10 de abril de 2017

Cruz de marfil.-

Te rogué por una cruz, mi cruz. No te rogué porque te quedarás y recompongamos nuestra relación, te rogué por una cruz. No te escribí 5 mensajes seguido para decirte que te extraño, pero si por una cruz. No me interesa el vestido de novia ni los zapatos, te pedí mi cruz. Tiraste las botellas, quizá lo único que quería recordar de cada lugar que estuvimos, no dije nada, me sequé las lágrimas cuando lo leí pero nada más, te imploré por la cruz. Mamá me dijo que no te moleste, que es una cruz. No. Esa era nuestra cruz, era la cruz que elegí para que cuidara de casa, esa era mi cruz. También dijo que vos podrías creer que yo buscaba una conexión con vos, una especie de llamado de atención, me reí, me reí fuerte. Desde aquel siete no quise molestarte, porque eso sentí. Yo tú estorbo, entonces obedecí (según el psicólogo hago eso siempre) te hice caso, dijiste tantas cosas que los audios me aturden, pero hice caso como siempre. 
Acepté que no iba más, solo que ayer recordé mi cruz. La quería. La quiero, no me interesa la taza de Alicia, quiero mi cruz. ¿Por qué? ¿Qué implica? Me acuerdo cuando la vimos, era perfecta, la medida, los colores, la delicadeza. No dudamos, la elegimos. Como elegimos cada cosa que embalé y tantas cosas que rompí, a vos no te costó despedirte del lugar, no te costó ver a Sirius dormirse atrás de la puerta, no te jodió ni un poco la decisión, en realidad me temo que si, pero murió en tú silencio en tu incomunicación, como siempre. Yo cargué esa parte De la Cruz, porque todo lo económico es tu peso, siempre decidiste cargar con ello. Esa cruz la pudimos elegir. Quiza sea porque es Semana Santa y estoy entregando todo este 2017 en esa Cruz, o simplemente sea porque la cruz en mi implica más que en vos, y el temor que la tires o la regales me hizo desesperarme. Realmente estaba por perder algo que quería, y no dude en ser intensa, en ser insistente. -Me volví a dar cuenta- que no soy la típica ex que te va a romper las bolas para que la recuerdes, quizá si me convertí en la que "te metió el dedo en el orto" por realizar la última acción, pero no me arrepiento, vos hiciste más, o como alguien me dijo, hiciste "menos" por no decir que nunca hiciste nada. Cuatro horas después de mi insistencia, me respondiste que la guardarás mi cru, la cruz... Un simple gracias, un suspiro y mucha paz me envolvió. 
La cruz, una cruz que voy a tener presente siempre, es la cruz que cada día te recuerda que el amor salva, que Él está ahí por cada uno de nosotros. Sé que esta Semana Santa va a ser completamente distinta, como cada una. Sé que el domingo el almuerzo me será hasta raro, como cada finde semana, como cada rato que me disperso y encuentro tú ausencia, obvio me asusto, cada vez menos... Salvo cuando llegan los

Martes que están tan lejos de todo lo que quiero. No dejo de estar triste, no creo que lo deje hasta por lo menos que no firmé un papel, o al menos me quiero hacer creer eso. Hago postas, como cuando corría, hasta este mes te voy a odiar, hasta este intentaré no extrañarte y quizás para carnaval aprete el pomo.- 

sábado, 25 de marzo de 2017

Siempre hay rumbo {escupí}

Todos tenemos un rumbo, todos sabemos que al final terminaremos haciendo o diciendo tal o cual cosa. No existe el "sin rumbo" cada paso marca nuestra existencia, amando hiriendo soñando o lo que fuere con uno y con otros. Está en nosotros el saber discernir la posibilidad de ser feliz, de no aferrarnos a lo que estamos acostumbrados y dar el paso al costado como si fuésemos cangrejos para animarnos a más. 
Cerrar puertas no es fácil, pero es un rumbo. Escribir mensajes es muy divertido y fácil, pero dar la cara es mejor, eso también es un rumbo. Todos tenemos un rumbo, algunos están más marcados que otros, hay en subida y bajada, hay atajos y piedras para descansar o tropezarte. 
No podemos decir que andamos sin rumbo, porque es una mentira, es hacerla fácil, es como elegir dos caminos constantemente, y claramente podes caminar solo por uno. Todos elegimos, estás eligiendo en cada momento, hasta a veces elegimos por los otros... tomamos decisiones que lastiman más de lo que imaginamos, herimos por la espalda guardando silencio o mandando mensajes en código. El ser humano necesita lastimar para vivir, su ego es tan alto que ni siquiera puede cuidar lo que elige. [Tu ego es un asco, lo pisaría, lo escupiría y te haría que me pidas perdón hasta que me canse de escucharte, pero no. Con ser fuerte me alcanza, con verme menos frágil también.]
El ego no destruye, y créeme que nos deja más solo de lo que creemos estar. No estás sin rumbo, deja de inventar excusas, todos sabemos hacia dónde queremos ir... te nombro, me nombro, la nombro. Me cansa me aburre me mata, el tiempo es hoy dice una canción... sino será hasta estallar.- 

viernes, 17 de febrero de 2017

No se rotular

Me estoy despidiendo como hace semanas, me estoy desvaneciendo en cada trapo guardado, en cada cuadro bajado, voy eliminando las imágenes que tengo en la mente juntos. Es que sino me muevo, siento que toda esta arena movediza me va a atrapar, no se como dar grandes pasos, pero se que haciendo pan y queso algo me va a salir. Hoy es uno de esos días que el ascensor me tienta, me hace esperarte como hace rato no pasaba, ahí es cuando me enojo, cuando se que tome la decisión reciente lo más segura porque no quiero enloquecer por algo que no tenía que ser.
Me quiero envolver, meter en una caja, en una bolsa no, porque ahí van todos. No se como me rotularían, “frágil”, “de carne y hueso”, “no sirve”. Tengo esa puta angustia que me agarraba al principio, pero es obvia, es necesaria. Me ahogo, me ahogan las paredes, el amarillo me parece patético, me esta aplastando los pocos momentos lúcidos que tengo acá. –Desprender y enterrar mi antiguo estado, desaparecer- No me gusta estar triste, porque yo no soy así, no dejo de sonreir ni en un momento del día, me las rebusco, no es que no me permita estar triste, porque lo estoy pero no quiero que todos lo vean, no quiero llorar con vergüenza, no me gusta tragarme tu nombre y repetir que te odio en todos los idiomas que invento.
Hace dos noches, en la peor situación recordé tu espalda, recordé tus movimientos, y los besos, como de memoria sabía cada giro, cada mimo, cada suspiro. Quise morir ahí mismo, porque te recordaba, porque podía sentirte, porque el tacto no se olvida, me di media vuelta y simulé como siempre que todo iba a estar bien, que soñarte y ahora imaginarte era de lo más coherente. Son espamos del olvido, son esas ausencias de oxigeno  que me  agarran cuando más débil estoy. Me aferro a él, me abrazo a él, me prometo que voy a poder, pero sabemos que no. SABEMOS que todo este suelo es momentáneo, es efímero, es como si caminásemos sobre telgopor, con esa misma durabilidad. Pero no podemos hablar de cosas duraderas, cuando lo que más temía pasó, no podemos hablar de un –parasiempre- porque eso lo inventaron los mismos dioses para que nos ofrezcamos a ellos como hipnotizados por razones burdas.


Embalar, guardar, embalar guardar. De eso se trata, también con los sentimientos

jueves, 26 de enero de 2017

Un extraño

Son las 07:14 está la tv pública de fondo, entra un as de luz por medio de la persiana, estoy ubicada en un lugar que no es propio, puedo sentir el olor a pan recién horneado de  Laurent Duchêne sentir lo dulce de cada mañana pero algo no está en su lugar. Un brazo tibio me recorre la cintura, puedo sentir la respiración no conocida junto a mi nuca. Quizás fue una mala decisión haberlo dejado quedarse. Es un extraño, su aliento es extraño, su ronquido también. Escucho a unos parisinos reír fuertemente, me quiero destapar y huir de donde estoy, pero si me muevo me temo despertarlo. 
 Es uin extraño, ocupa mucho espacio junto a mi, tiene brazos fuertes y puede levantarme, lo recuerdo. Es un extraño tiene el pelo demasiado corto y una dentadura que no le combina, es un extraño el que está junto a mi. Este extraño me dejó dormir, cuido de mi sueño, me acunó entre sus brazos y no temí. Descansé como hace diecinueve días no lo hago,  descansé porque un extraño me dio tranquilidad.

Es un extraño, aunque conozca cuanto pesa, mide y que comidas le gusta, es un extraño porque me es ajeno a todo lo que yo creía conocido, es un extraño aunque el color cielo de sus ojos intente hipnotizarme, es un extraño aunque lo que me atrajo de él sea lo que quizá más le molesta. Es un extraño porque lo elijo así entre otros, es un extraño porque mi cuerpo no lo reconoce, es un extraño que me hace compañía cuando lo dejan, cuando puede poner excusas o cuando quiere. 

No puedo pensar más allá de que solo es un extraño que esta momentáneamente pasando por mi vida, que viene a ocupar ese espacio que quedo en la ruta de mis planes. Estoy pensando todo esto cuando siento su mano acariciar mis partes, tengo que simular estar dormida, tengo que simular sentirme cómoda, me toma entre sus brazos me hace suya, estoy agradecida porque me permitió dormir, estoy agradecida porque no lloré anoche, me dejo rendida para que seamos uno por horas interminables, no recuerdo el buen sexo, creo que jamás me lo permití. Si de esto se trata siempre, puedo hacerlo, ser una extraña para mi como lo es él, puedo ponerme una blusa y salir a caminar por la Rue Voltaire, todo se puede, porque todo quiero que se pueda. 

lunes, 9 de enero de 2017

del 29-08-09

Publicación del 28 de agosto de 2009 (Pensar que años después mi estado civil sería otro, como hoy también)
Hoy la recordé, necesitaba volverla a sentir.-


El mismo amor, La misma lluvia 
Sinopsis: Encuentros y desencuentros de una pareja, Jorge y Laura, en el contexto social de la Argentina de los años ochenta; represión del gobierno militar, la guerra de las Malvinas, retorno de la democracia, crisis económica y la llegada de Menem al poder. Jorge (Ricardo Darín), de 28 años es una joven promesa de la literatura argentina, aunque en realidad vive con los cuentos románticos que escribe para una revista de actualidad. Una noche conoce a Laura (Soledad Villamil), una soñadora camarera que sigue esperando el regreso de su novio, un artista que está montando una exposición de Uruguay y del que no tiene noticias desde hace meses. Laura y Jorge se convierten en pareja, y ella, convencida de que Jorge posee un gran talento, se empeña en que escriba literatura 'de verdad'. Pero la convivencia entre ellos se va deteriorando y su relación acaba en ruptura. A lo largo de casi dos décadas, descubriremos las alegrías, las ilusiones, las desilusiones y la esperanza de estos dos personajes y su entorno, narrados con humor, emoción, grandes dosis de ironía y una pizca de sarcasmo.


Este diálogo, el del final... fue un colpe a corazón abierto. Una manera increíble de sentirme JORGE !

Jorge: "- Que, ¿tener miedo yo? Ya estoy grande."

Laura:"-Yo también. Una vez te dije que no quería hacer mas boludeces ¿no?"

Jorge:"-También me dijiste que no estabas enamorada, pero que eso no importaba. Lo importante era el cariño, el respeto, el amor que te quema."

Laura:"- Cambie de idea, ahora quiero algo que me chamusque un poco, vos ¿no?"

Jorge:"-¿Yo? Que se yo... Yo de eso no se nada."

Laura:"-¿Cómo? ¿Y los cuentos maravillosos que escribías?"

Jorge:"- Ay eran una proquería, te gustaban solamente a vos. El amor, el heroísmo, la pasión, ¿Quién me manda a mi a escribir sobre cosas que no tengo ni la menor? Sobre el miedo tendría que escribir yo. El miedo. Cátedra. Por miedo te perdí, por miedo a un laburo que odio. (...) Yo siempre pensé que lo que tocaba se iba a convertir en oro, mirá vos, todo lo que toco se convierte en mierda."

Laura:"-Bueno, no está mal para empezar."