martes, 2 de mayo de 2017

Anteojos

Uso lentes y cuando llueve me cuesta ver pero no me los saco -sigo.-
Me crucé con vos, lo dos no veíamos entre que estábamos apurados por subirnos al dos y ambos con la vista nublada... cada uno desde su esquina nos tropezamos, hasta enredamos los auriculares, nos reímos y disimulamos. Te quedaste sin sube y te presté la mía, me quisiste dar veinte pesos y no los acepté, te reíste y dijiste que "todo esto es una vergüenza" yo te dije, "vergüenza es robar..." y juntos terminamos la frase. 
Nos reímos. Fue suficiente, yo con un uniforme, borcegos inclusive y vos con tu vestimenta de nene bien. Me preguntaste de que laburo, muy difícil de explicar no es... pero justo ahí me enrede sola, y dijiste "trabajas para sonreír", afirmé lo obvio, lo que se estaba sintiendo. No paramos de hablar un segundo, desde lo difícil que era laburar en la calle hasta los mates amargos con café, hablamos de los precios y que es difícil decir lo que uno siente. Hablamos por cuarenta y cinco minutos sin saber nuestros nombres, hasta que la excusa perfecta de haber usado mi sube necesitó una cita, un encuentro, una alineación de los planetas. 
Con los anteojos cuasi secos, una humedad que nos rodeaba, yo con el pelo cual León, vos tiritando de frío me dijiste de salir, un día sin casualidades y seguir la charla. Acepté, no dudé ni dudaste. Te pasé mi número, [sí a un desconocido... hay tantas personas que no lo son y nos lastiman, porque dudar de él.] Me llamo R. me dijise, y mi número es... Le di la mano, le dije "un gusto" y nos reímos, bajo tres paradas antes que yo. 
De eso se trata de seguir.-




(Que fácil sería)

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