domingo, 28 de mayo de 2017

No bastó

Siempre te sujeté doble, ni eso bastó. Hoy fue un día de recordar aquel vestido, todo el corto recorrido de todo lo planeado. Un día más de sentir ausencias, un día mas que me costó sonreír naturalmente. Muy domingo, no lo había sentido así en estos cinco meses, casi seis.


Recuerdo cada prueba, recuerdo de ir feliz a probarlo. Recuerdo los consejos de Hugo, elegir la tela junto a mi abuela. Cumplir un sueño. No puedo hablar de esto, no puedo siquiera hilar lo que me causa recordar aquel día. Me puse a buscar una foto del vestido, que aún lo tenes vos... o tú madre. Puedo recordar al tacto todos los detalles, sentir su pesadez. Puedo pensar en aquel día muy pocas veces, pero cuando uno se pone débil, cuando empieza a picar la garganta y recordás la última vez que te enfermaste empezás a notar su ausencia. No es que no lo haga cada día, pero hay algunos que son peores que otros. 
La diferencia que vos no estes es que hablo sola mas de lo habitual, o peor hablo con demasiadas personas y tan solo quiero a una. No se como la estas pasando, no se si se te hizo más fácil porque te sacaste un peso de encima o cada tanto te arrepentis. Hoy tengo un ataque de querer escribirte, pero me até la paciencia y también me prometí llorar y hacer público que la paso como el culo. Que mi cara de ayer fue un premio a la semana de mierda que te llevo sepultando. El otro día pensé eso, si estarías muerto sería más fácil llorarte en público, ir sanando... pero así tan cerca y tan lejos. 
En Mataderos está tan lleno de gitanos, así que aprendí a agarrarme las manos fuerte a mi misma, aprendía a no mirarlos con miedo, quizá sino con sospecha. Aprendí a prestar atención al cruzar la calle, a no ponerle tanta mostaza a la comida, aprendí a bañarme de noche para no salir con la cabeza mojada. Aprendí a guardar al menos mil pesos por mes, doblo la ropa cada vez que puedo, juro que que intento ser menos desordenada. 
No puedo dejar de ser social, no podría en la vida. Mirame... es mi primer fin de semana en casa y solo se me ocurrieron maneras de dormir y ninguna me salió. No se a dónde va todo esto, pero al menos no lo guardo.

No bastó sujetarte el doble, ni abrazarte cada noche, no bastó preparte la comida, ni tus eternos silencios. Me duele el domingo, me duele tanto como cualquier día de la semana. Te extraño.- 

No hay comentarios:

Publicar un comentario