miércoles, 11 de enero de 2012

Apareció sin saber...


Tengo que contarlo, tengo que decirlo porque la voz me rebalsa, se sale de mi cuerpo y llena el aire de serpentinas de cristal, llena mi mundo cotidiano con jardines esplendorosos.

Todo hace piruetas. Cobran vida las cosas más quietas: la mesa es un conejo blanco que mueve las orejas; la silla es una hamaca que me remonta; sobre la mesa puesta, los cubiertos arrancan notas musicales; la ventana es un gran caleidoscopio que me muestra todo de extraordinarias formas y colores.

Cada parpadeo puedo ver algo nuevo: descubrir al verdulero haciendo malavarismos con las naranjas, al diariero haciendo barquitos y avioncitos de papel con las primeras planas, a los árboles saludándome con una reverencia.

¿Estoy loca? No, loca ¡No! ¡¡Feliz!!, contenta, orgullosa, estremecida de vanidad. Hoy "estreno" mi vestido de todos los días. Se me vuelven nuevas todas las cosas. Camino como una reina con su corona puesta, y el espejo, que ya estaba aburrido de mirarme, hoy no me reconoce -Soy yo- le digo, y no parece creerme.


Ésta mujer, ésta chica, que un día muy especial de su vida conoció a una persona, titubeó, sintió miedo de no saber quererla, de no saber cuidarla, de (por estar acostumbradas a otras cosas) no saber como compartir sus cosas con ella, de no poder tratar con sus tristezas, sus rabias, sus dolores... Ésta mujer que fue aprendiendo a ser amiga a medida que su mistad crecía, y pasó noches con los ojos abiertos buscando las respuestas a sus preguntas, y se dejó llevar por el instinto y la ternura para caminar juntas junto a su amiga por caminar firme... Ésta mujer, ésta chica, al igual que tantas otras, débil y fuerte, temerosa y valiente, desbordante y medida, luchadora y cansada... Desempeñando todos los roles en diferentes etapas de su vida... Hoy se ha visto pintada en una frase, hoy ha sido creada nuevamente. Acaba de nacer.Voy a decir por que... Quiero que todos sepan:

Soy diferente, y no porque sí. No es mentira que lleno el universo, que lo transformo. Mi amor no ha sido inútil.

Ella, la persona que un día llegó en silencio a mi vida y comenzó a caminar a mi lado, me ha dicho las palabras más dulces... TE AMO.

Se dan cuenta ¿No? Te amo!

El amor... la fuente de la vida, el motor de las cosas, el calor del corazón. ¡El amor!


Me parece que fue un día de sol que se iluminó aún más cuándo lo escuché, los ojos se me llenaron de lágrimas.

No era una palabra más, no era un te quiero mucho; de hecho todo lo contrario, el querer lo exije todo y el amor lo da todo. Tampoco era un Te amo como el que se dice a un novio o a un marido; éste estaba más lleno de sentimiento, era como para toda la eternidad.

Te amo. Lo demás ya no importa. Me acaba de dar el título mas importante de Universo entero; soy más que las reinas, que las celebridades, más mucho más.

Somos Amigas, las mejores y Yo también TE AMO!




Claramente el texto no es mío, pero... de alguna manera sí. Nunca más sentí algo similar, hubo y hay sentimientos distintos, pero no igual. Se me llenaron los ojos de lágrimas cuándo lo encontré, era una hoja amarilla de tam vieja, estaba guardada en una cajita, todo lo demás claramente lo tiré y más de una vez me encuentro hecha una bolita en mi cama preguntándome porque.

Si tengo un deseo, es que Alma alguna vez tenga una amiga como la que yo dejé ir, que sienta todo lo que sentí, siento, que brillen sus ojos al nombrarla, al pensarla, a jugarse sin importar nada. Tener esa manos aferrada a la suya, su cálido hombro. Deseo de corazón ésto, raro no? pero así es.

Tengo la respuesta a ésta y a miles de cartas mas, que las tengo guardadas en mi mente, en mi alma, que nunca las voy a dejar ir. Que las voy anidar en mi, como tantas risas, llantos, y miradas casi nubladas, como aquellas caminatas, como la última que solo recuerdo que estabas a mi lado, no se que dijimos ni cómo nos despedimos, solo recuerdo tu olor, y hoy me levante así, con vos a mi lado, con vos sentada en un rincón acariciando mi pelo. Loca! sí, lo estoy, pero en esos recuerdos soy feliz, porque estoy con vos.

jueves, 5 de enero de 2012

*

Los ojos se le cerraban, pasaba las hojas sin poder extraer el jugo a la lectura, miró por la gran ventana y sentía seguridad en su casa, allí nada malo otra vez le podía pasar, sentía hasta confianza en sí misma para poder seguir, para al menos tomar esa taza de café… Acomodó su taza en la mesita ratona, estiró las piernas, intentó volver a retomar la lectura pero le costaba concentrarse, a cada ruido se sobresaltaba era más fuerte que ella. No recordaba cuando fue la última vez que encendió la televisión, no sabía que estaba pasando a su alrededor, no le interesaban las noticias, la curiosidad que la caracterizaba de una u otra forma se habían ido. Muchas de sus actitudes habían desaparecido, de a poco las iba notando, de a poco volvía a conocerse, había cosas que le molestaban, como ese extraño escalofrío que sentía al mirar la terraza, nadie le supo explicar porque le pasaba. Los psiquiatras que la atendieron sólo le pudieron decir que no era más que un mecanismo de reacción que la propia mente ejercía a razón de lo sucedido, y ahí mismo cuando algo de su pasado se presentaba, entraba en un estado de shock, a llantos desgarrados, un estado de histeria, que sólo podía ser controlado con medicación. Dormía por horas, y al despertarse no recordaba nada. Los escalofríos los evitaba, trataba de no alzar la vista, la poca ropa que ensuciaba se la lavaba una vecina amiga, una señora amable de unos 60 años de edad, que cada medio día entraba sigilosamente a la casa y le preparaba una ensalada con escarola, remolacha, huevo y pollo. Mágicamente tanto ensalada como su visita eran sus preferidas.