viernes, 4 de agosto de 2017

Dormidos

Madrugada del cuatro
Nos quedamos dormidos. Estaba en momento exacto en donde todo parecía -ordenado- cuando una llamada interrumpió todo. Cortó el clima, pero no dejé ver tu cara de dormido, parecía enero. Hacía calor y ahí estabas tan claro como tus ojos. Que quilombo hicimos, como nos cruzamos, como nos elegimos y a la vez lastimamos. Tenes la virtud de hacer que todo desaparezca, y de hacerme enteender que todo dura eso, dos o cuatro horas. El encanto se cae cuando me bajo del transporte, tres besos un te quiero y que descanses.
Como nos conformamos con eso no lo cambiamos, no lo sacamos ni mucho menos lo evitamos. Me conociste entera, me viste romperme en mil pedazos... y estabas ahí no tan quieto para que no me desarme, ahora no se como dejarte ir. No se cual es la mejor manera para decirte que hasta acá podemos, porque no tiene sentido. Esto que no tiene sentido no me lo creo, pero somos distintos, estamos a pasos agigantados de lo correcto, lo bueno y lo deseado. 
Salvaste mi madrugada del cuatro, no salvas el cuatro entero. Quizás si salves mi cinco, casi no tengo dudas. Es así al día, de a poco, despacio.-

EI.

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