domingo, 26 de julio de 2009



Sentir tu mano, sentir tu llanto, sentir tu aroma, obvio jamás olvidado. No me interesa nada, todo me parecía congelado. Estaba donde quería y no donde debería. Era la mejor sensación en años y ni siquiera había sombras. Podía ser un día de un asqueroso sol, pero estaba con vos y una tormenta eléctrica azotaba mi cabeza. No sabia donde estaba, solo sabia que era mi lugar predilecto… y ese fue el error que me marcaría horas después… “no era mi lugar”. Ya no. Y la cabeza latía, un vomito cósmico estaba en mi estomago danzando quien sabe que canción. Y quería huir y la gente saludaba, decenas de ellos que tenían sombras en sus pupilas. Quería aire. Quería mi presente en la puerta de salida, pero era mucho pedir. Y pensar que todo esto pasó en quien sabe cuantas horas. Solo cuando ella ya no me miraba la cabeza combatía el “¿Qué hago aquí?”. Pero el corazón no miente, jamás podría . Era el momento, eran las ganas, la necesitada, era justo para mí.

No quería que el tiempo pase, no quería perder la oportunidad. Que idiota. Que ilusa. ¡Que pelotuda! Si pienso en hoy, creo que ganaron todos menos yo, pero no… ERROR, grave error, yo gané la PAZ y CONFIANZA en mi, esa que había perdido hace millones de días atrás. Y fui feliz y a la vez no, no era el momento. Pero como conclusión, si lo fui. Su olor quedo en mi campera y así mismo resetee todo.

30/06/2009

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