viernes, 16 de septiembre de 2011


En una reacción inesperada. Llovía torrencialmente afuera, se escuchaba el cielo crujir iluminando todo el campo. No importaba. No le daba miedo, amaba el clima así. Ella agarró su cuaderno y comenzó a escribir. Su cuerpo se entumecía con cada palabra grabada en sus hojas. Era una historia de no acabar, pero ese era su sueño escribir, escribir, escribir...

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