viernes, 13 de agosto de 2010


Conozco un bar que es mi agujero 
cuando estoy "listo", me abrojo ahí
elijo siempre la misma mesa
en la vereda, al lado del cordón.
Vasos cachados. Mesas rengas.
La gata Mirta en el mostrador
no hay mantelitos rojos ni verdes precios baratos de tiza y pizarrón...
Acá nadie pregunta nombres,
desfilan muertas las botellas, y otra más...
se amasan años de soledad.

Los bondis me peinan las orejas.
Un día un zarpado me va a partir en dos
ya puedo ver los diarios:
"Tragedia en Morón"
A media cuadra, hotel "Cabildo".
Las putas viejas vienen y traen olor
a batallas de sexo oxidado
tragan su rabia con queso y salchichón...
miro la cara de los fantasmas
raspando sueños de Quini 6
veo a los cerdos en los afiches
miro a la luna asesinar al sol.
Acá nadie pregunta nombres,
desfilan muertas las botellas, y otra más...
se amasan años de soledad.
Los bondis me peinan las orejas.
Un día un zarpado me va a partir en dos
ya puedo ver los diarios:
"Tragedia en Morón"




Conozco un bar
que tiene mis huellas,
lo llaman tía
y es lo mejor que se cuenta.
Conoce mis amores
y aún los temores,
más de una vez me vio acabada,
en un rincón y abrazada.
No hay lugar como aquel,
giña el ojo aunque no le gustes.
Desde hace tiempo lo piso,
abrocharme ahí fue con estilo.
Nadie puede negar
que va decadeyendo,
pero los mismos buitres
nos encontramos a tiempo.

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