jueves, 14 de abril de 2016

Elijo, elijo?

Así como te gusta caminar por lugares distintos, no reconocer caras, ni construcciones, así cómo te subís a un colectivo y te bajas en cualquier lado, a mí me gusta el tren. Quizá el tren de antes, en esas mismas malas condiciones, quizá por el zarandeo, el ruido o la velocidad.
Decido subirme al tren, decido no bajar sin pensar, no quiero quedarme sentada mirando por la ventana, necesito estar de pie, dispuesta a que alguna estación, por burda que fuese me guste, me entienda (quise decir encandile, acto fallido que valoro).
 Conozco el recorrido, se cómo es la sensación de subiré al tren... pero lo que no se, aunque me cueste reconocerlo es saber cuándo bajarme de el... La cosa empieza de golpe, pero despacio, vas viendo los diferentes grafitis que algunos locos dejaron pegados a la paredes, las personas a tú alrededor, que cada una está muy en la suya, te empezás  a balancear sobre tus propios pies, no importa que algún asiento esté disponible, mucho menos que tus tan preciados tobillos estén cansados, es necesario estar preparada, estar siempre lista...
Me canso del mismo vagón, me canso de estar en el mismo sitio tanto tiempo. El viaje es el mismo, el mismo que yo elijo, que yo decido  y que quiero, pero me aburre, me cansa y sobretodo hace que quiera cambiar de lugar.  Como este viaje me embola, no se dónde quiere llevarme, tampoco me parece claro, quizá ya nada me sorprende, quizás emprendí este trayecto solo porque se que nada puede ofrecerme, más que un par de paisajes vistos de otro ángulo. No se, o si se porque estoy y sigo acá, y no me gusta mi respuesta, no me gusta escuchar lo que estoy pensando.

 OKEY no compro más pasajes, ni paso nunca más por un molinete. No me voy a aburrir más, ni regalarle mis pasos a é...  Al bendito y encantador capricho de viajar, o cambiar de vagón o lo que fuese que hago. Ahora bien, obviamente soy yo la que elijo el viaje aburrido,  corto, y sin nada para dar... (SIN NADA PARA DAR? NI ME LA CREO) La próxima vez voy a evaluar mis ganas de ir a la terminal, toparme con un mundo de personas,  poner caras buenas o malas, pero ponerlas al fin.
Soy yo la que camino hasta ahí, y hoy me percato que no queda otra que abandonar el viaje.-



[O bien, cambiar de destino.-]

No hay comentarios:

Publicar un comentario