viernes, 8 de mayo de 2009

Y era cuestión de saber que esto acabaría así. Cada uno en una punta de la habitación, mirándonos de reojo, esperando que ese silencio acabe. Pero no, jamás pasará. Jamás. Infinitas veces buscamos excusas, ya juré no buscarlas más. Ya juré cavar un pozo hondo para cada una de mis palabras. El pozo fue creciendo, fue cada vez haciendose mas hondo, tanto pero tanto que encontré agua, y maldije, ¿saben por qué? Porqué era agua de lluvia, tenía ese mismo gusto de siempre, y yo esa sed. El pozo apesta, tiene un olor a humedad, a perdida, a dolor... Un asco. La verdad tendría que ponerle pasto arriba, o cartón, o CEMENTO... no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario