martes, 5 de julio de 2016

Percatarme

Me arrimo al marco de la puerta, y no puedo creer, ahí estuvo todo este tiempo. No lo veía, no lo sentía, no presentía nada, ni por segundos si quiera. Es un círculo cerrado, no puedo entender dónde empieza, ni dónde termina, es una decisión tomada en un tiempo, quedó tan lejana. Lo veo, lo recorro y sigo sin creerlo... Tiene una marca, es pequeña , como si hubiese sido tallada, seguramente allí es dónde decidí que el círculo cierre, estoy segura. Se me paraliza la mirada, toco aquella marca, siento como se me desgarran sueños, ilusiones y quizá planes.
Es un círculo de colores, un círculo completamente perfecto, brilloso, intenso, armonioso y hasta cuidadoso. El círculo me guardó, me protegió lo más que pudo, me hizo feliz, inmensamente feliz.
Miro de lejos el círculo, lo miro con recelo, una mano siempre me va a sujetar a él, siempre. Quisiera creer que por los años en él, pero no. Es amor, amor del más puro. Es esa sensación de que todo puede pasar para bien, es como cuando te levantas muy temprano y ves amanecer desde una montaña, es como tomar agua helada que sabes que te causa esa especie "dolor" pero te calma la sed. El amor tiene tantas formas, tantas maneras de llegarnos... También de hundirnos hasta el cansancio, hasta un mar de rostros. Pero eso ya no debería ser llamado amor, no tiene sentido sino.
Me arrimo nuevamente al marco de la puerta, ahora me veo sentada con un libro tapándome la cara, un libro cualquiera que sea de color. Una taza de té me acompaña como hace años, siento olor a hierbas que sale de él. Me veo sola en una habitación que desconozco, no hay olor a mascotas eso lo que hace más triste a mi propia imagen. Parezco perdida, pero decidida a estarlo. Escucho cómo paso las páginas, verme ahí tan tácita me dan ganas de sacudirme.
Que distintas son las miradas desde dos marcos diferentes, no sólo porque son dos distintos, sino porque te encerré un círculo, algo que siempre te planteé y después me veo a mi, en mi mundo de te y libros... Debe ser porque eso que lo elegí, siempre supimos lo cagona que soy a los cambios, me es más fácil dedicarme a lo conocido. Fue una lastima (quizá) haberme quedado con las ganas porque me quedé con las dudas también.-

[encontrado por ahí, de aquellas notas mentales que una baña en lágrimas]

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