domingo, 7 de marzo de 2010

Del diario de María, en día en que conoció al suizo:

Todo me dice que estoy a punto de tomar una decisión equivocada, pero los errores son una manera de reaccionar. ¿Qué es lo que el mundo quiere de mi? ¿Que no corra riesgos? ¿Qué vuelva al lugar del que vengo, sin valor para decirle "si" a la vida?
Ya reaccioné equivocadamente cuando tenía once años y un niño me pidió un lápiz prestado; desde entonces, entendí que a veces no hay una segunda oportunidad, que es mejor aceptar los regalos que el mundo no ofrece. Claro que es arriesgado, pero ¿será el riesgo mayor que un accidente del autobús que tardó cuarenta y ocho horas en traerme hasta aquí? Si tengo que ser fiel a alguien o a algo, en primer lugar tengo que ser fiel a mí misma. Si busco el amor verdadero, antes tengo que cansarme de los amores mediocres que encuentre.
La poca experiencia de vida que tengo me ha enseñado que nadie es dueño de nada, todo es una ilusión, y eso incluye tanto los bienes materiales como los bienes espirituales. Aquel que ya perdió algo que daba por hecho (algo que ya me ocurrió tantas veces) al final aprende que nada le pertenece.
Y si nada me pertenece, tampoco tengo que perder mi tiempo cuidando cosas que no son mías; mejor vivir como si hoy fuese el primer (o el último) día de mi vida.



Once minutos

No hay comentarios:

Publicar un comentario