lunes, 9 de mayo de 2016

NO-QUIERO

Cuando te falta el aire de tanto subir dicen que tenes que hacer cierta respiración para que cambies de aire. Eso lo aprendí allá en la montaña, pero no se si es cierto, recuerdo que me ardía la garganta de respirar mal, esa presión repentina en el pecho de sentir asfixia, de creer que ya no podes más... Y te das cuenta que todo lo que te pasaba era una simple pavada.  Pero... ¿Quién me dice que es una pavada? ¿Quién sugiere que lo que a uno le causa la falta de aire es poco importante o mísero?

Me cansé de subir la escalera el sábado pasado, cuando llegué al quinto piso, a visitar-huir, a mi querido lavarropas, me vino ese instante en que me maldije por no haber usado el ascensor, sin embrago, y nada mas simple que un "no quise" nación de mi. 

¿Qué no quiero, y qué si? 
El verbo querer encarna tantas cosas, pero el NO querer encarna más. No querer es una decisión tomada, el NO tiene un peso contundente en mi, un peso que NO tiene vuelta atrás, un NO te quiero ver, un NO se nada de vos, un NO me llames, un NO te necesito, un NO estuviste. Sin embargo, siempre sin embargo... QUERER, como me criaron a mi, como me empapé desde quién sabe si 10 o 15 años, el QUERER, me abraza, me avanza, me impulsa, me hace buscar ese lado horrible y asqueroso que me hiciste heredar del NO.

Debe ser que falta poco... 
Debe ser que hoy se que años atrás hubiera dado lo que sea porque hayas estado ahí junto a  mí, pero la falta de valor, la falta de amor quizá hizo que estemos tan así. Tan lejos. Tan pensantes, tan errantes y como siempre tan cobardes. 
Vos fuiste mi primer falta de aire, fuiste la razón por la que dejé de respirar, el primer vaso de cerveza, y la carcajada más larga. Fuiste la excusa perfecta para culparme de todo, fuiste la estrella de mis historias, y la musa de mis oraciones. 

Volví a abrir la historia, vuelvo a meter la cabeza ahí para saber que es esto que formamos de mi, o que de-formamos. 

El sábado después de casi 40 horas de risas desmedidas me sentí con ese ardor en la garganta, con la necesidad de gritarte, de cuestionarte como hace tiempo nadie me pide que haga, ni que te llame, ni que te susurre ni que rece por vos. 
Cuando hago algo que no me arrepiento, sin medir las consecuencias, sin saber cuanto lastimo, o me lastimo, se que estás conmigo, que de una u otra forma, volves a mirarme con tus enormes ojos y me abrazas tanto que todo pasa, como si el tiempo no hubiese seguido, como si seguiríamos en aquella cama jugando a llamar ángeles para que nos protejan. Me volves a preguntar por él, comos si lo conocieras de siempre, si hoy supieras como NO siguen las cosas, no se que pensarías, pero se que mucho orgullo no habría. Juro (nunca juro, así que no me lo crean) que lo intenté. Pero NO hice nada, porque simplemente NO QUISE, NO QUIERO Y NO QUERRÉ.- 

Tengo la certeza que vos también estas gritando, vivimos de las fechas, para machacarnos, para cuestionarnos, para extrañar algo que no conocemos, somos dos desconocidas.- 

NO te escribo, porque NO QUIERO, NO TE LLAMO, porque NO QUIERO escucharte, NO QUIERO ahogarme en llanto ni mucho menos que me vuelva a faltar el aire, pero la bocada de oxigeno que estoy consumiendo, se que ya NO VA  a estar. Eso, aunque sea la risa en el presente, HOY me preocupa, un poco menos de saber cómo estas.- 










Hoy la luna estaba serena, un tanto más que mi cabeza.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario