jueves, 8 de julio de 2010


Ayer pasó el pasado lentamente, con su vacilación definitiva. Sabiéndote infeliz y a la deriva, con tus dudas selladas en la frente. Ayer pasó el pasado por el puente y se llevó tu libertad cautiva, cambiando su silencio en carne viva por tus leves alarmas de inocente. Ayer pasó el pasado con su historia y su deshilachada incertidumbre, con su huella de espanto y de reproche. Fue haciendo del dolor una costumbre, sembrando de fracasos tu memoria y dejándote a solas con la noche.

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